Ayer martes 14 de noviembre dieron comienzo las XIII Jornadas de Montaña organizadas por Protección Civil de Arnedo, el Ayuntamiento, Maspormenos y otros colaboradores.

La primera de las charlas corrió a cargo de la zaragozana Marta Alejandre quien nos relató su proyecto realizado en el año 2010, junto con Fernando Errekalde y Juan Carlos Jiménez, en el que ascendieron todos los picos de más de 3.000 metros que hay en el Pirineo en sentido de este a oeste.

Con su naturalidad, espontaneidad y entusiasmo nos detalló los pormenores del viaje y las claves que los condujeron al éxito. Una vez terminado el proyecto y analizando cómo fueron las cosas justifica cómo el equipo, la logística, la concentración y las visitas recibidas fueron los aspectos fundamentales que influyeron para lograr la hazaña.

El equipo estaba formado por tres personas. Para Marta, el número ideal. Tres amigos íntimos, que con confianza y continuo apoyo entre ellos lograron mantener la motivación a pesar de los momentos difíciles y de bajón tras tantos días de actividad comprometida. Además "en ese medio se deben tomar decisiones rápidas y relevantes de manera continua y siendo tres siempre se decanta la balanza hacia un lado" afirmaba.

Con el libro de Miquel Capdevila como referencia y teniendo en cuenta que la experiencia fue llevada a cabo en el mes de septiembre y octubre, en los que la meteorología jugó también en su contra obligándoles a tomar algún día de descanso, para sus 40 días de actividad efectiva necesitaron un total de 52 días.

El estudio previo de cada una de las zonas fue fundamental para cumplir los tiempos con seguridad. Para poder disfrutar de las aristas se tenían que mover con poco peso, con una mochila ligera para el día, lo que les obligaba a subir y bajar muchas veces a los refugios, fondos del valle a dormir y a abastecerse. Para ello dividieron el Pirineo en 5 zonas: Pirineo catalán, Benasque, Benasque-Viadós, Pirineo francés y Balaitús-Ordesa y en cada uno de ellos se organizaron de diferente manera desplazándose en furgonetas, durmiendo en refugios o en Benasque en casa de un amigo.

Finalmente fueron 64.666 metros de desnivel positivo acumulado recorriendo el mayor número posible de aristas o crestas que unen todas las cimas más altas del Pirineo. Una aventura y una exigencia deportiva mayúscula a las puertas de casa.

Fotos: Ramón Fernández.